El sueño es un proceso biológico muy importante que, entre otras cuestiones, nos permite restablecer tanto las funciones psicológicas como fisiológicas de nuestro organismo. Es por ello, que el dormir menos horas de las habituales, el que nos cueste conciliar el sueño, que las horas que dormimos sean entrecortadas o incluso que nos despertemos frecuentemente antes de lo habitual, es un indicador de que algo está yendo mal.
Ahora, más que centrarnos en las causas físicas o psicológicas que pueden generar esta situación, parto de una circunstancia muy común en las personas que veo en mi consulta y que padecen de ansiedad. Y no es otra cosa que la dificultad que descansar y recargarse mediante el sueño.
Si estás en esta situación te invito a que sigas las siguientes recomendaciones:
- No tomes estimulantes después de la comida del estilo té, café o refrescos.
- Intenta hacer una comida no muy copiosa antes de ir a dormir, para que por un lado la digestión no te dificulte el sueño pero por otro no tengas el estómago vacío, ya que es más difícil dormir con hambre.
- Haz de la hora de dormir un ritual de tranquilidad y desconexión con tu vida cotidiana. Prueba a darte un baño relajante antes de dormir. Ponte ropa cómoda, baja la luz de la estancia en la que estés…
- Recuerda que también puedes hacer uso de la fitoterapia para dormir. Acude a un herbolario para que puedan recomendarte las plantas adecuadas para favorecer el sueño.
Debes saber que si estás muy activado no es recomendable meterse en la cama, si no esperar a tener sueño mientras te relajas en otra habitación. Así evitarás ir a la cama para usar el móvil y otros distractores, que en lugar de ayudarte van a dificultar que puedas relajarte y con ello llegar a dormir.
Una vez que notes que estás tranquilo, cansado y quizá has dado algún bostezo ve a dormir. Si lo haces y vuelves a activarte es preferible que te levantes y vayas a otra habitación a realizar alguna tarea de baja activación hasta que vuelvas a sentir sueño. No uses la cama para pensar, ni para reflexionar lo sucedido en el día, recuerda que la cama es para dormir. En el caso de que duermas en pareja no uses la cama para hablar con ella, ni mucho menos para discutir.
Además de estas indicaciones genéricas es importante poder dominar las manifestaciones típicas de la ansiedad que se expresan a la hora de dormir.
Las ideas intrusivas suelen tener más presencia cuanto menos estímulos esteriores haya, por lo que si vas a la cama y no puedes sacarlas de la cabeza anótalas en un cuaderno. Si notas que no se agotan dílas en voz alta o bien si lo prefieres enuncia una palabras de consuelo que te tranquilicen. La idea es que puedas descargar la afectividad que acompañan a estas ideas y puedas dejarlas atrás para poder relajarte a la hora de dormir.
Si te cuesta dominar tus pensamientos puedes probar también a distraerlos mediante el uso de música, poner atención a un programa de radio o bien un película o serie para dormir. Recuerda que cuando estés mejor será recomendable que cambies este hábito y vuelvas a ensayar dormir sin ningún distractor.
Si aún siguiendo estas indicaciones no puedes dormir no dudes en acudir a tu médico, pero no olvides tampoco en que es necesario que te apoyes en un psicólogo para analizar la ansiedad.
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