Tras varios años de experiencia en mi despacho profesional he observado un fenómeno que aparece en algunas personas que han estado atravesando una situación emocional determinada y que he venido a denominar el Fenómeno del Descanso del Héroe o Sindrome del Cuidador Temporal.
He usado la figura mitológica del héroe porque ejemplifica a una persona comprometida y responsable. El héroe realiza una acción muy abnegada, en la que se sacrifica y renuncia a sus deseos e intereses personales durante ese tiempo y por lo general cree ciegamente que lo hace en respuesta de una causa noble y altruista.
Los síntomas del Síndrome del Cuidador Temporal
Una vez que la situación emocional determinada finaliza y la persona deja de actuar de manera abnegada es cuando el fenómeno comienza a florecer con toda su intensidad. Sobreviene una angustia sin aparente causa y hay una irremediable caída del placer en lo que antes disfrutaban. Estas personas no saben cómo continuar con su vida y temen perder el poco control que perciben que tienen sobre ella, quedando sumidos en un estado de perplejidad total. Es precísamente porque toda la reacción emocional aparece durante el fin de esa situación emocional que la persona no puede comprender qué es lo que le pasa, ya que ahora ya “no pasa nada”.
Alicia*, una joven que no alcanza la treintena de edad, llegó a mi despacho ensimismada pero con un gran malestar. Me cuenta que tiene una gran ansiedad pero que no sabe lo que le pasa, de hecho aclara que no le pasa nada, que antes ella no era así y que no entiende por qué se siente tan mal. Me dice con lágrimas en los ojos que ella antes podía con todo.
Con mucho esfuerzo logramos ubicar el origen del incipiente malestar, ha estado muchos años cambiando de trabajo sin poder sentirse cómoda en ninguno y desde los últimos 5 años se ha mudado a la casa familiar para no hacer gastar dinero a sus padres. Justo en el momento en el que ella se muda estalla toda la conflictiva familiar: su madre le es infiel a su padre y comienza la guerra entre ambos progenitores poniéndola ambos en el centro de la batalla. Alicia intentó poner paz y que hubiera diálogo durante esos 5 años, pero no pudo conseguirlo y hace un año aproximadamente que se mudó a un piso con amigas en la ciudad. Me dice que ella siente que el divorcio de sus padres ya lo tiene superado ya que las cosas en su casa están mejor. Pero gran parte del proceso terapéutico con Alicia consistió en que pudiera procesar las situaciones vividas durante el divorcio y que pudiera reencontrar la dirección de vida que había quedado cortada por el acontecimiento familiar.
El fenómeno no es consecuencia de una situación traumática
El trauma es un acontecimiento que ocurre en la vida de la persona de gran intensidad y frente al cual no pude dar una respuesta adecuada. Con el caso de Alicia podemos ubicar la diferencia del fenómeno descrito con el concepto de trauma. Alicia no se vió abrumada ni sobrepasada por lo sucedido entre sus padres y en principio sí pudo dar la respuesta que necesitaba su entorno. Con este dato se pude concluir que la sintomatología que trae consigo el fenómeno es fruto de un efecto acumulativo. Por ello es importante describir la diferencia con otro fenómeno muy similar: el síndrome del cuidador.
El fenómeno no es fruto del Síndrome del Cuidador
El síndrome del cuidador es un trastorno que aparece en personas que cuidan a una persona dependiente. Las principales manifestaciones son el agotamiento físico y psíquico y es fruto del efecto acumulativo del estrés. La diferencia principal entre éste y el fenómeno del Descanso del Héroe es que este último aparece una vez cesa la situación, mientras que el primero aparece únicamente mientras ésta se presenta. Por ello podría pensarse en algo así como si fuese el síndrome del cuidador temporal.
Pero el fenómeno por mí observado no se ciñe a personas cuidadoras de otras dependientes si no que es extensivo a toda situación donde la persona hace un rol que no le corresponde, renuncia temporalmente a la trayectoria de su vida y lo hace de manera acotada en el tiempo. Es fruto de un efecto acumulativo de emociones y se manifiesta una vez cede la situación que lo origina.
*En los casos presentados en esta sección los datos personales han sido alterados con el fin de resguardar la identidad de la persona. Se ha intentado mantener la exactitud de los dichos de los clientes y las experiencias del terapeuta con el fin de realizar una exposición lo más fiel a la realidad y que pudiera cumplir el fin didáctico por el cual se expone.
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